En un acto de gran solidaridad, 5 operadores de maquinaria pesada de la Prefectura de Pastaza decidieron voluntariamente brindar su ayuda en la remoción de escombros en las zonas afectadas por el devastador terremoto de 7.8 grados que sacudió a Ecuador el sábado pasado.
Los operadores pertenecen a la unidad de Estudios y Construcciones 1; profesionales con alta experiencia que han recibido instrucción técnica y psicológica para afrontar el estremecedor escenario de la zona cero.
El grupo se movilizará la madrugada de este jueves a las 03h00 y está conformado por:
– Jaime Sánchez, operador de cargadora frontal
– Gustavo Cáceres, operador de excavadora
– René Chiliquinga, operador de excavadora
– Carlos Ruiz, operador de excavadora y retroexcavadora
– Humberto Sailema, operador de excavadora
La Prefectura ha dotado de kits de seguridad y primeros auxilios a los voluntarios, quienes no contarán con viáticos ni subsistencias; no obstante la Prefectura de Manabí asumirá su hospedaje y alimentación.
“Contamos con el apoyo de nuestras familias para cumplir esta misión y llevamos a Pastaza en nuestro corazón”, fueron las palabras de Humberto Sailema, operador especializado en 7 tipos de maquinarias pesadas, con 15 años de experiencia.
“Ustedes protagonizan un acto heroico”, señaló el Prefecto de Pastaza, extendiendo un reconocimiento a los voluntarios, que dejando atrás la comodidad de sus hogares y el calor de sus familias, demostrarán al mundo que Pastaza es solidario.
Más de 900 socorristas, bomberos, médicos y especialistas de 20 países, entre ellos Colombia, Chile, México, Venezuela y España participan en las labores de rescate.
El sismo dejó unos 800 edificios derruidos, 600 edificaciones afectadas, y numerosas carreteras reventadas e infraestructuras colapsadas en zonas turísticas, daños que el Gobierno calcula en USD 3.000 millones, «dos o tres puntos del PIB», lo cual es otro duro golpe para este país ya severamente azotado por la caída del precio del petróleo.
El nuevo balance de fallecidos, después del terremoto ocurrido en las provincias Manabí y Esmeraldas en Ecuador, hace temer que se trate de uno de los terremotos más mortíferos de los últimos años en América Latina.